Alejado de los debates en el 2010 después de haber recibido una penalidad de 6 horas, el corredor español Marc Coma pasó una parte del año buscando el funcionamiento ideal para un regreso ganador.
El reajuste del sistema está a la altura de la decepción que sintió al final del último Dakar, donde terminó nº 15, el peor resultado de su carrera dejando de lado los abandonos. Marc Coma se presentará en la línea de largada en Buenos Aires con la única ambición de ganar, para realizar un regreso a lo grande. Pero se replanteó el dispositivo desplegado. Si el reglamento lo obligó, como a los demás pilotos de elite, a pasar a la 450cc, fue sobre todo en su entorno que el catalán cambió sus costumbres. Se separó de Jordi Arcarons, su maestro desde el inicio de su carrera. Este año, su ex compañero de equipo, Giovani Sala, siempre activo en bastidores en KTM, definirá la estrategia de la carrera. El corredor italiano, vencedor de 9 especiales y 3º del Dakar 2006, fue apremiado y a la vez quedó encantado con la propuesta de Coma: “Me llamó preguntándome lo que haría en el mes de enero. No me lo esperaba pero naturalmente acepté enseguida. Nunca ocupé esta función en un equipo pero es muy motivador, y lo voy a hacer lo mejor posible”.
Si fue a buscar la ayuda del italiano, el doble vencedor de la competencia también respeta la tradición recurriendo al valor creciente en Cataluña. Efectivamente Coma firmó un contrato de tres años con Juan Pedrero, quien comienza con una misión de aguatero. Nº 49 en la edición del 2009, y nº 10 el año pasado, evidentemente Pedrero tiene el talento indispensable para seguir a su líder, y para intervenir si éste lo necesita en la pista: “El hecho de haber terminado mis dos Dakar, y también mis conocimientos en mecánica lo convencieron que podía ser un buen sostén. Supe darle pruebas de confianza”. Los actores parecen listos para atacar las pistas: “Todo lo que se decidió, es para poder ganar”, concluye Coma.
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